La dieta sana encuentra en el jamón cocido un buen aliado por su gran calidad nutritiva. Incluirlo en nuestra alimentación nos proporciona proteínas, minerales y vitaminas, además de ser un alimento ligero y fácil de digerir.
Si bien la dieta mediterránea aconseja no abusar del consumo de carne, también es cierto que la carne de cerdo es un producto totalmente mediterráneo. La matanza del cerdo ha sido, durante siglos, uno de los acontecimientos familiares más importantes del año.
El valor nutritivo de la carne es tan indudable como los beneficios de su consumo equilibrado. La carne de cerdo, concretamente, presenta gran parte de las cualidades nutritivas de las carnes rojas (ternera, cordero, etc.) y de las blancas (aves), y contiene hierro y proteínas de alto valor biológico. Así, 100 g de jamón cocido aportan entre el 9 y el 10% de las proteínas que necesita diariamente el ser humano, a lo que hay que añadir que se trata de proteínas más digeribles gracias al proceso térmico al que se somete en su elaboración.